Según pasa la vida


    


 Ay, me quemé con la puerta del horno, siempre el mismo dedo, por suerte la torta salió bien, espero que no se rompa al desmoldarla.
    Esta tarde nos juntamos con las chicas. Me pinto las uñas mientras las espero.
    A lo largo del día me llegaron como chispazos los recuerdos de los años compartidos, las charlas con las amigas, tengo nauseas, estoy embarazada, mi bebé no me deja dormir. Las tareas del colegio de los chicos, tengo que dejar la comida preparada antes de ir a trabajar, ya no sé qué cocinar. Prohibido hablar del colegio.
Los maridos, estos tipos dejan todo tirado, las cuñadas, los suegros metidos,
Las angustias por las salidas de los adolescentes, las materias que se llevan a rendir, los noviecitos. El ingreso a la Universidad, que es el egreso del hogar  para regresar el fin de semana, traen hambre y un montón de ropa sucia,
     Ese desgraciado se fue con una piba, le dio el viejazo, si vuelve correlo.
     Me miro las manos, me gusta este color.
     El sonido del timbre me saca de mis pensamientos, ya llegaron, cada una trae algo para el te.
     Retomamos la charla de la semana pasada, relajadas, sin apuro. Por favor dame un almohadón, me duele la cadera, no veo nada tengo que cambiar los anteojos, estoy cansada, ayer me dejaron los chicos.
      Qué lindo te queda ese color de pelo, cubre bien, descubrí una crema ansiedad mágica, los imanes de la heladera no me alcanzan, lo que no anoto lo olvido.
      Las clases de yoga, los tejidos, el taller literario y el de tango
      Y el infaltable, el omnipresente tema: los calores, abrí la ventana, cerrala, prestame algo para apantallarme, a mi dejame cerca del hogar, siempre tengo los pies fríos.
       Hoy nos juntamos con las chicas de mi edad, con las que lloramos muchas veces aunque fueron más las que reímos, con las que  compartimos esta interminable charla llamada vida